Un poco de historia.
Historia
La arquitectura de Roma debe su primer origen a la etrusca, secundada por la influencia griega, sobre todo después de las guerras púnicas (146 a.C.) y por lo tanto, presenta rasgos de ambas. Hoy se hace datar la arquitectura romana de la fecha en que se construyeron la primera vía (Vía Appia) y el primer acueducto (Aqua Appia), año 312 a.C. Por esta época y durante las conquista de Roma en Sicilia y en la misma Grecia, solían los generales romanos llevarse como trofeo de sus victorias gran multitud de objetos artísticos. Artistas griegos y etruscos, atraídos por la grandeza de la señora del mundo, inocularon en Roma el gusto e incluso la pasión por las Bellas Artes y en estas escuelas se formaron sus artistas propios.
El periodo de esplendor del arte romano abarca los dos primeros siglos del Imperio. Pero ya a principios del siglo II de nuestra era, desde el tiempo de Adriano (año 117), se inicia la decadencia del buen gusto que se acentúa en el siglo III y se confirma en el siglo IV por efecto de cierto barroquismo o irregularidad y pesadez en los estilos aunque aumente el fasto y la magnitud de las obras. Pero la arquitectura, en cuanto arte de construir sigue desenvolviéndose hasta la invasión de los bárbaros, por lo menos, en los principales centros de cultura. Pruebas de esto son las grandes basílicas de Roma construidas en el siglo IV, no sólo las destinadas al culto cristiano, sino también las civiles. Los restos de la colosal basílica civil de Constantino (también llamada de Majencio) que todavía se alzan en Roma, sirvieron como fuente de inspiración a los arquitectos del renacimiento en el siglo XVI.
Características

Los elementos más sigificativos de la arquitectura romana son la construcción abovedada y el empleo de un primitivo hormigón.
Los romanos emplearon profusamente el arco y la bóveda. Ésta no se forma con dovelas de piedra aparejada (salvo en algunas construcciones asiáticas), como se disponía en la bóveda etrusca, sino de una masa confeccionada con puzzolana y cascajo. Las bóvedas solían tener gruesos arcos de ladrillo, ya paralelos, ya diagonales pero embebidos en la bóveda misma, que sevían como sujección provisional y como refuero interior de la bóveda. Un ejemplo soberbio es la cúpula del Panteón de Agripa en Roma.
Conocieron los romanos, no sólo la bóveda de cañón y la cúpula, sino las bóvedas de arista y de crucería rudimentaria. Pero estas últimas debieron usarse con parsimonia fuera del Oriente romano pues sólo se han descubierto en las Termas de Caracalla y en la Basílica de Majencio en la cual se advierte el sistema de contrarrestos interiores aplicados a la bóveda. También llegó a preludiar la arquitectura romana los capiteles historiados que tanto cundieron en la Edad Media, pues de ellos se han descubierto algunos ejemplares en Pompeya y otros sitios.
Los edificios romanos, según su uso, podían ser muy sobrios o muy suntuosos. Puentes y acueductos son austeros y funcionales, mientras que templos y palacios son lujosos y monumentales, con un claro fin representativo. Las edificaciones más nobles se revestían de piedra formando ordenes, que no reflejaban la estructura interior real. Se decoraban los edificios suntuosos con pintura en sus muros y con mosaicos en los pavimentos.
Órdenes de la arquitectura romana
Acogió la arquitectura romana los tres órdenes griegos y el llamado etrusco modificándolos y añadiéndoles otra forma de capitel que se definió por los arquitectos renacentistas con el nombre de orden compuesto. De esta suerte, se cuentan cinco órdenes, a saber:
- el orden toscano o etrusco que permanece básicamente igual.
- el dórico romano que eleva su columna a dieciséis módulos, adorna su collarino o garganta, añade un talón al ábaco, tiene el astrágalo en forma de junquillo que rodea al fuste y debajo de la corona de la cornisa lleva dentículos o mútulos. Esta última diferencia le constituye respectivamente en las variantes de dórico denticular y dórico modillonar, según los arquitectos del renacimiento.
- el jónico romano, que adorna más su capitel que el griego, reduce la magnitud de sus volutas, suprime en ocasiones el astrágalo y eleva la altura del fuste.
- el corintio romano, se ostenta más florido aún que el griego y en él abunda, sobre todo, la hoja de acanto. De ésta, lleva dos o tres series el capitel, dobladas hacia delante y además de los dentículos admite series de modillones adornados para sostener la cornisa.
- el orden compuesto, que llegó a ser el predilecto de los romanos no difiere del corintio sino en engarzarse más los adornos y en alguna modificación accidental del capitel: éste se constituye por hojas de acanto sin calículos y con cuatro volutas que salen por encima del cuarto de bocel de modo que parece compuesto de jónico y corintio.
La arquitectura romana adoptó con frecuencia la superposición de un orden arquitectónico a otro diferente en un mismo edificio, quedando el más sencillo y robusto debajo del más elegante y delicado, según es de notar en el grandioso Coliseo romano.
Fueron modelos de dichos órdenes en Roma:
- el Templo de Marte y el Teatro de Marcelo, para el dórico
- parte del Teatro de Marcelo, el Templo de la Fortuna viril y el de la Concordia para el jónico
- el Panteón de Agripa y el Templo de Antonino y Faustina, en el corintio
- el Arco Triunfal de Tito y Vespasiano y el de Septimio Severo, en el orden compuesto
- el Templo del Capitolio y el Foro Romano, del toscano
- el Coliseo de Vespasiano de tres órdenes a la vez: dórico, jónico y corintio
En las colonias romanas se usaron también los mismos órdenes pero generalmente, con menor perfección y con más alteraciones que en el de la metrópoli. Son muy celebrados entre otros edificios
- el anfiteatro y el templo de Roma y Augusto en Nimes
- la Puerta negra en Tréveris
- el Templod e Vesta en Tívoli
- el Arco de Trajano en Ancona y en Venevento
- el palacio y el mausoleo de Diocleciano en Spalato (hoy, catedral)
- los templos de Baalbeck y de Palmira en Siria
A ellos, hay que añadir los numerosos monumentos presentes en la Península Ibérica.
Tipologías edificatorias de Roma
Los romanos, como cuna de la civilización actual, desarrollaron nuevos tipos de edificaciones acordes con las nuevas costumbres. Edificaciones típicamente romanas son:
Asímismo, edificaron tipologías ya conocidas pero reinterpretadas:
- Los Templos: los romanos dispusieron los templos de una manera similar a los de los griegos
- Las Construcciones Funerarias: fueron variadas. Unas presentaban planta circular otras constituían una pirámide
- La Vivienda: la casa romana primitiva era de planta rectangular, tenía una sala principal en el centro.
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